miércoles, 12 de septiembre de 2007

18 de septiembre


Zona Central:

Esta es la zona del huaso. Sus valles templados y fácilmente adaptables a la ganadería hizo que los españoles los tomaran como principal lugar de colonización y pudieran adaptar sus costumbres sin fuertes cambios inmediatos. Tres de las primordiales expresiones del folclor musical Chileno son: la tonada, el canto a lo poeta y la cueca, ésta última ya la hemos descrito por ser el Baile Nacional de Chile, y las restantes cubren también una vasta zona del País. Es imprescindible recordar que existe una familia musical tonada, esto es una agrupación de especies de distinta función social, pero que reúnen las mismas características musicales. A ella pertenece el esquinazo, los parabienes, el romance, el villancico, fuera de la tonada común. Estos son algunos de los bailes más tradicionales de la zona central de nuestro país:


La Porteña.
El Gato.
La Jota.
El Pequén.
La Refalosa.
La Sajuriana.
El Repicao.
La Polka.
La Masurca.


La Porteña:

La murga porteña, digo siempre que es algo así como la nieta rítmica de nuestra negritud casi desaparecida y una hija directa descarriada no reconocida del tango, con la condición casi putativa adosada a una rica historia de carnavales, que en Buenos Aires, han soportado siempre la carga de un festejo por lo menos intenso y desbocado.
A diferencia de la murga montevideana, el fuerte de la murga porteña radica en su baile y en el desfile antes de detenerse frente a un escenario y sobre él. Un baile con destellos de pasos africanos, quizá porque las agrupaciones de principios de siglo, antes que la llegada de corrientes migratorias provenientes de Italia y las nuevas españolas en busca de la “salvación” en la América, aportarían lo suyo con el correr del tiempo a caballo de tarantelas y pasos dobles; Intentaban aquellas imitar no sin carga de ironía, a las famosas agrupaciones de negros a modo de comparsas candomberas que supieran desfilar sobre todo en los carnavales de la época del caudillo Juan Manuel de Rosas. Esos blancos señoritos que salían a divertirse en carnaval, trataban de burlarse, apropiándose con sorna de las costumbres de los negros, que irían cayendo en desgracia ya sea por la fiebre amarilla o por haber apoyado con sus cuerpos la defensa de su querido don Juan Manuel cuando sobrevino la guerra intestina entre federales y unitarios; Al caer el caudillo federal, cae también el gran defensor de sus costumbres y quedará muy poco de una cultura tan rica que diera origen a lo que luego el mundo conocería como el tango y sobre todo en la danza.

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